miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nuevas experiencias performativas del arte audiovisual en Córdoba


“Música para Ver” es un proyecto sobre las nuevas experiencias performativas del audiovisual contemporáneo en Córdoba y sus posibilidades expositivas más allá del contexto de ocio nocturno. Por eso de la importancia de la imagen en movimiento por encima de la música (y no necesariamente de baile).

Durante las noches del 10 y 11 de noviembre se presentarán cuatro espectáculos de 40 minutos de duración en el que cada artista tendrá libertad absoluta para modificar la percepción del espacio con el vídeo como protagonista y con la música como acompañamiento, sin obviar otros lenguajes y disciplinas artísticas contemporáneas. Entrarán en juego varias zonas de proyección, la modificación física del espacio o la inclusión de otros lenguajes creativos. 

Esta propuesta cultural persigue conseguir cierto eco institucional para la cultura del vídeo en tiempo real o veejing, más allá del ámbito de los clubes nocturnos y las raves. La imagen proyectada adquiere con la performance audiovisual un nuevo valor que va más allá de lo cinematográfico, y estos creadores dispondrán de las herramientas y medios para generar en el público nuevas experiencias sensoriales basadas en la hibridación de lenguajes: música, imagen en movimiento, iluminación, performance, instalaciones... La superación de la pantalla de cine y la televisión (cinema expandido), la búsqueda de la inmersión perceptual y sensorial del espectador –que deambulará libremente por la Sala Orive– más allá de la tradicional contemplación audiovisual a partir de una transformación más o menos radical del espacio.

También es de destacar la utilización de la Sala Orive como espacio poco habitual para espectáculos tecnológicos y vinculados al contexto de club de música electrónica, logrando una fusión entre patrimonio y cultura contemporánea de calidad.

El arte del "veejing"


No se puede negar que el vídeo como soporte creativo ha sido fruto de controversia en el panorama audiovisual y artístico desde su inclusión a principios de los años sesenta, y pese al reciente pasado de práctica y teoría videográfica todavía es difícil argumentar cierta arqueología del medio. Esto se debe a que el arte del vídeo está en proceso continuo de evolución: es un soporte multidisciplinar, un híbrido, un producto hipertextual que mezcla y adopta lenguajes.

El término videojockey o VJ se aplica a aquellos creadores que generan sesiones visuales mezclando en directo loops de vídeo con música u otro tipo de acción. Por extensión, al acto de mezclar vídeo de esta forma se le llama "veejing". Su origen se encuentra en los clubs de baile de la década de 1980, en los que el videojockey mezclaba sus loops de vídeo al ritmo de la música mezclada por el DJ. En sus inicios, la forma de hacerlo era mediante la utilización de reproductores de VHS, mesas de edición broadcast y pesados proyectores de video. Desde la aparición de la informática portátil este movimiento ha protagonizado una gran expansión debido al abaratamiento y reducción de tamaño de los elementos necesarios, sean ordenadores portátiles, cámaras digitales o proyectores de video. Actualmente y fuera de su marco nativo, puramente lúdico y underground, el campo de actuación del VJ no se limita a los clubs, extendiéndose a conciertos, publicidad, eventos públicos, presentaciones, televisión, etc.

Las nuevas tecnologías informáticas y su proceso de digitalización, renuevan los lenguajes expresivos del arte generando nuevos conflictos y cuestiones relativas a la concepción clásica del arte objetual expositivo. Surgen nuevos planteamientos y necesidades a la hora de querer hacer constancia de estas prácticas y las instituciones que se encargan de la producción cultural pueden colaborar en su normalización.